El motivo deser de Dionisio: El vino

¿Quién no ha descorchado alguna vez alguna botella de vino para acompañar una rica comida de domingo?

¿Quién, en sus hogares ha descorchado una botella de vino, para analizar sus características, y que ellas sean el tema central de conversación en la mesa?

Existen dos tipos de vinos, los modernos, aptos a catas y análisis: que el vino me recuerda a la vainilla, que redujeron la cantidad de jugo y dejaron la misma cantidad de hollejo-pepas (sangría), para obtener el malbec de color  intenso, que es robusto por el tiempo que estuvo en contacto con el roble, que el sabor se debe a que los vinicultores agregaron cierta levaduras seleccionadas y traídas de nose donde, etc.

Estos vinos, a mi entender, están a la altura de un complicado problema de análisis matemático, y eso solo lo puede resolver un matemático.

Y en otro grupo se encuentran los vinos que me gustan  descorchar,  los que son  para beberlos, no para analizarlos. Me gusta que el vino este sobre la mesa y comparta amistad con los invitados. Es que para mí el vino es eso: acompañante de la comida, de un encuentro con amigos, de una larga y tendida charla sobre la vida, de brindis por un motivo. El vino en mi mesa nunca es la estrella, nunca hablo de él.

Me gusta gozarlo. Es que a pesar de lo que nos quieran hacer creer, el vino no es un inalcanzable objeto de culto snob. Si bien se que existen en el mercado vinos extraordinarios que merecen su especial atención, describirlos en catas y ganar como vino del año en el distinguido concurso Mediterranean International Wine Challenge.

Hace poco estuve en San patricio del Chañar, un lugar de los más nuevos en el mapa vitivinícola, donde se encuentran bodegas como “valle perdido”; “NQN”; “Familia Grittini”;”familia Schroeder” y “Fin del mundo”

Recorrí un viñedo  de bodegas NQN (malma) viendo cara a cara el proceso mediante el cual, la uva, se convierte en vino. Yo cataba, mientras una enóloga me explicaba las diferentes características de sus productos (desarrolla las líneas: Colección NQN, Malma Reserva, Malma y Picada 15).

Y esa experiencia afirmo mi teoría de que debemos pensar menos los vinos y tomarlos más. Sin miedo a equivocarnos en  que si la elección realizada es la correcta, pues de a poco podemos ir aprendiendo. ¿Pensaste ya en ir llenando tus mejores copas (esas que guardabas para un vino especial)  con vino, solo vino?

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