Las semillas sésamo están presentes habitualmente entre los alimentos que elijo consumir. Creo que son increíbles! tienen un sabor único y están llenas de cosas que nos hacen bien: son ricas en omega 3 y omega 6 (que son vitales y nuestro cuerpo no los genera, por eso debemos incorporarlo por medio de alimentos), vitaminas B, acido fólico, vitamina E, Fósforo, Potasio y mucho Calcio ¡casi el doble que la leche de vaca!.

Estas galletitas, que llevan sésamo como ingrediente principal, son típicas de la cocina marroquí, crujientes y deliciosas.  La receta suele llevar agua de azahar, pero como no siempre tengo en casa,  a veces las perfumo con ralladura de naranja, o canela. Lo que me parece genial  es que no llevan manteca, y se hacen con poca harina.

Coman rico, saludable y sean felices!

Van a necesitar:

250 gr de sésamo

125 gr de harina 0000

1 y 1/2 cucharaditas de polvo de hornear

175 gr de azúcar integral u orgánica

1 cucharadita de ralladura de naranja

2 huevos

Preparación:

Tostar 225 gr. (los otros 25 gr. son para decorar) de semillas de sésamo. Para tostarlas, colocar las semillas en una cacerola pequeña y cocinarlas a fuego bajo, revolviendo por aproximadamente 5 a 8 minutos (hasta que estén doradas y desprendan un olor delicioso). Apagar y dejar enfriar. Cuando estén a temperatura ambiente procesarlas hasta obtener textura de harina (algunas semillas quedan enteras).

Mezclar las semillas procesadas con el azúcar, la harina y el polvo de hornear. Agregar la ralladura y los huevos. Amasar hasta obtener una masa. Hacer bolitas del tamaño de una nuez, para que la masa no se pegue a las manos pueden tenerlas apenas húmedas.

Poner los 25 gr. de semillas restantes en un platito. Aplastar cada bolita sobre ellas. Poner las galletitas sobre una placa para horno con papel manteca enmantecada, la cara que tiene las semillas tiene que estar para arriba.

Cocinarlas en horno precalentado a temperatura media por 5 a 7 minutos (en mi horno son 5 minutos). Las cookies están, cuando tienen la base dorada pero todavía blanditas. Al enfriarse quedan con la textura perfecta.

Desmoldarlas mientras estén calientes. Se conservan cerradas herméticamente hasta por 7 días.