Cada vez que paso por una dietética, me tiento muchísimo con los orejones de damascos. La bolsita se vacía en poco tiempo, mientras camino, mientras trabajo o leo, los consumo como si fueran snacks. Mis manos como por inercia llevan uno tras otro hasta mi boca. Me encanta todo ese sabor tan concentrado que tienen.
Cuando sobreviven al ataque los uso en preparaciones, esta vez hice un budín, que es diferente a los clásicos cuatro cuartos, porque se comienza haciendo un arenado que luego se hidrata con los líquidos. Este procedimiento es súper sencillo, van a quedar como reinas o reyes cocinando casero y fácil para sus seres queridos.
Que tengan un lindo finde, rodeados de amor!
Van a necesitar:
180 gr de orejones de damascos picados chiquitos
60 gr de nueces picadas
125 gr de manteca fría
3 huevos
225 cc de pulpa de duraznos (175 gr de duraznos en almíbar escurridos y procesados con 50 cc de agua)
200 gr de azúcar
300 gr de harina
1 y 1/2 cucharadita de polvo de hornear
1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/4 cucharadita de cardamomo rallado
azúcar impalpable c/n
orejones para decorar c/n
Preparación:
Precalentar el horno a 180 grados. Enmantecar y enharinar un molde de 25x5x10 cm. O uno circular de 25 cm de diametro.
Mezclar el azúcar con la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato y el cardamomo. Agregar la manteca fría en cubos y trabajar con los dedos hasta formar un arenado (tb vale hacerlo en la procesadora).
Agregar los huevos, y la pulpa de durazno. Mezclar con espátula hasta integrar. Por último incorporar los orejones y las nueces.
Colocar la preparación en el molde y cocinar por 40 a 45 minutos, o hasta que pinchemos con un palito y salga seco.
Dejar reposar 10 minutos, y luego desmoldar. Colocarlo sobre una rejilla hasta que se enfríe por completo.
Antes de consumir, decorarlo con azúcar impalpable y orejones de duraznos. Pueden acompañar este budín con una copo de crema.